La fábula del angelito

Huyendo despavorido de la escena de un crimen que no cometí, me senté y me puse a escribir. Es de esos caminos que no importa a dónde van, quizás voy a dejar que mis pasos... o mejor dicho, mis palabras, me lleven.

lunes, 11 de mayo de 2020

Nunca se fue

Que la mirada no se pierda, que siga presente, que te recuerde en cada idea, en cada sueño, en cada palabra lanzada al viento que esa persona está ahí, que sigue presente como siempre lo estuvo; que la mirada, la sonrisa, los ojos, las manos, el alma que te ponía en cada consejo te acompañe; que sientas la mano en el hombro o apoyada en la pierna, en la cara secándote las lágrimas; que escuches el latir de su corazón al ritmo del tuyo como si te estuviera hablando, dándote las mejores y más sabias palabras; que te acompañe en los pasos que sepas dar, y si no sabes darlos que la imaginación que te ofrece esa persona te enseñe a darlos; que una mueca que solía hacer te inspire a seguir adelante, que no te deje llorando, que te invite a volar y acompañe tus alas; que no se pierda la magia, que te dé seguridad y que su fortaleza sea tuya, que sientas cómo te habla.
Que la mirada no se pierda porque lo creas o no, nunca se fue.  


No hay comentarios:

Publicar un comentario