Desde aquel momento se alarga el camino en la espalda, se
ve lejos el punto de partida, muy lejos. Pero al menos se ve, lejano y con cara
de pasado, pero se ve plasmado, petrificado en una fecha. Adelante está el
futuro, incierto, expectante, sin puntos de llegada, solo otros puntos de
partida que al azar se cruzan mientras uno va andando... otras fechas.
Hay fechas que quedan en el recuerdo, apasionantes.
Almanaques que se desarman todos los días, una, y otra y otra vez hasta de
nuevo volver a caer en ese día, uno que trazó la línea entre “antes” y “después",
porque hubo algo, alguien que tropezó su camino con el nuestro, modificándonos
para siempre la manera de mirar.
En la memoria quedan las fechas, simples números con mes
y año que encierran recuerdos, nostalgia, pasiones y que te hacen sonreír una
vez más porque en el fondo, muy en el fondo y de una manera inexplicable, se
vuelven a vivir.
19 de febrero... de 2015
19 de febrero... de 2015
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