La fábula del angelito

Huyendo despavorido de la escena de un crimen que no cometí, me senté y me puse a escribir. Es de esos caminos que no importa a dónde van, quizás voy a dejar que mis pasos... o mejor dicho, mis palabras, me lleven.

viernes, 10 de enero de 2014

El precio de tu soledad


El precio de la soledad es hablar sin ecos ni oídos,
Es gritar a la nada, es pasar al olvido.
El precio de decir adiós es olvidar un “buen día”,
Una caricia en la nuca seguida de un beso,
El desayuno temprano,
El recordar susurrando lo que pasó en esa cama. 
Es perder de repente las manos del otro,
Y encontrar en las propias el invierno más frío.
El precio de mirar hacia atrás
Es ver a lo lejos una risa distinta,
Un oxígeno tibio, un respirar profundo.
El precio de cerrar una historia es la página en blanco,
Y la incertidumbre de no saber cómo se sigue escribiendo.
El precio de la soledad es caminar
Y sin importar de dónde venga la luz,
Que al costado de tus pies haya una sola sombra.
El precio de la soledad es ser feliz a tu manera
Sin compartir la manera de otro;
Es cocinar para uno, es discutirle al espejo,
Es escuchar el silencio que te separa del viento.
Es un precio que se paga al contado
Sin negarse, sin bacilar, sin arrogancia,
Sin ponerse siquiera a pensar en llorar el momento.
El precio de tu soledad es la mía,
Ésta que llevo en el pecho, despierta pero dormida.
Es el precio que espero deberte algún día
Cuando encuentre otro precio que pagar,
El precio de la vida.

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